domingo, 18 de diciembre de 2016

Extrañas tradiciones de navidad en el mundo

Ya llegó otra vez esa época del año en la que muchas familias cortan un árbol del monte para meterlo en sus casas y decorarlo, en la que llega a nuestros hogares un viejo vestido de rojo, con barba blanca y algunos kilos de más a traer regalos y en la que algunos padres recorren como locos las tiendas para encontrar los regalos preferidos de sus hijos.

La navidad es tiempo de villancicos y cenas familiares que se repiten año tras tras año. Sin embargo cada familia tiene sus costumbres y cada país tiene sus propias tradiciones navideñas, algunas de ellas muy extrañas y curiosas.
Vistas así, algunas de las tradiciones navideñas pueden resultar curiosas pero estamos acostumbrados a ellas y nos parecen de lo más normal.
Sin embargo, hay algunas costumbres de otros países que todavía pueden sorprendernos.

La navidad es tiempo de villancicos y cenas familiares que se repiten año tras tras año. Sin embargo cada familia tiene sus costumbres y cada país tiene sus propias tradiciones navideñas, algunas de ellas muy extrañas y curiosas.


Porque el ser humano y su cultura no deja de maravillarnos, no te pierdas estas tradiciones navideñas más extrañas y curiosas del mundo.

Japón: KFC para todos y tarjetas rojas para nadie.

Cada fiesta y cada cultura tiene sus comidas y dulces típicos, puede que para nosotros sea mazapán y turrón, pero para los japoneses la Navidad es sinónimo de KFC. Todo fue fruto de una casualidad. Hace 40 años gracias a una campaña de marketing, el Coronel Sanders invitó a los japoneses a comprar su pollo frito como cena de Navidad y desde entonces el día 25 de diciembre los establecimientos KFC se llenan de clientes que siguen esta curiosa tradición transmitida de padres a hijos.

Otro dato curioso de los japoneses es su costumbre de enviar tarjetas de felicitación navideñas de mil formas y colores excepto las tarjetas de color rojo. Puede que en el mundo el color rojo sea el color de la Navidad pero en Japón están consideradas de muy mal gusto ya que ellos envían sus notas fúnebres en sobres de color rojo.

Yugoslavia: Atar a los padres.

Dos semanas antes de navidad, los niños y niñas yugoslavos se deslizan silenciosamente hasta sus madres y les atan los pies mientras gritan: “Día de la madre, día de la madre, ¿qué darás para que te dejemos libre?” En yugoslavo esta consigna rima), las mamás se lo toman como muestra de afecto y les dan regalos a cambio de su libertad. A la semana siguiente los niños repetirán la estrategia con su padre, que lejos de enfadarse les hará aun más regalos.

Gales: El ritual de Mari Lwyd

En algunos pueblos rurales de Gales es habitual celebrar Navidad con el extraño ritual de Mari Lewyd, que se trata de un extravagante desfile encabezado por el portador de una calavera de una yegua. El vecino elegido amarrará la calavera a un palo, del que cuelga una sábana blanca tras la que se ocultará. En ocasiones, la mandíbula de la calavera tiene muelles para hacer chasquidos cuando la gente pasa por al lado.

Noruega: Esconder las escobas.



La leyenda noruega dice que en las vísperas de Navidad todo tipo de espíritus diabólicos y brujas campan a sus anchas por el mundo. Para poder protegerse de visitas no deseadas, las familias noruegas esconden sus escobas antes de irse a dormir, no vaya a ser que alguna bruja la quisiera para ella. Por si esto fuera poco, los hombres más valientes salen al exterior a disparar al aire para ahuyentar a los espíritus malignos.

Cataluña: El Caganer.

El personaje más entrañable de los belenes catalanes y la figura favorita de los niños más traviesos es el caganer. Se trata de una figurita de belén que representa a un pastorcillo con los pantalones bajados y en posición de defecar. Su origen, aunque no esta muy claro, se remonta a finales del siglo XVII y principios del XVIII,y se piensa que es un símbolo de prosperidad y buena suerte para el año que comienza, pues es el encargado de fertilizar la tierra.


Colombia: Volar globos por el aíre.

En Colombia es costumbre soltar al aire globos durante la noche de Navidad como expresión de gozo y alegría por esta fecha tan especial. Sin embargo esta bonita tradición a semejanza de los farolillos chinos ha sido prohibida recientemente ya que muchos de estos globos caían sobre algunas casas produciendo daños e incendios.

Austria: Krampus.

Como recordareis hace muy poco tiempo le dedicamos una entrada completa a este terrorífico personaje, Krampus y es que no es para menos. Este insólito diablo austriaco es el alter ego maligno del mismísimo Santa Claus. Mientras Santa premia con regalos a los niños buenos, el hediondo y malvado Krampus amenaza y castiga a los malos. A menudo es representado llevándose a los niños desobedientes en su canasto para arrojarlos a los terribles abismos del infierno. ¡Cómo para ser travieso en Austria!


Holanda: Zwarte Piet.

A veces, las tradiciones no son muy políticamente correctas como es el caso de Holanda y su pasado colonial del país. El pueblo holandés tiene un rechoncho y simpático Santa Claus llamado Sinterklaas, al que acompaña su esclavo Zwarte Piet, Pedro el negro. Suponemos que a estas alturas ya estarás anonadado pero aun hay más. Durante el año se amenaza a los niños con la idea de que sino se portan bien, Pedro el negro vendrá y se los llevará de regreso a ¡España!, que es el lugar en el que el Santa holandés ha vivido tradicionalmente.

En los últimos años tras un ejercicio de reflexión y cambio de ideas, muchos holandeses han minimizado el cariz racista de Pedro el negro y algunas versiones actuales de la historia lo colocan como un deshollinador para justificar el color negro de su rostro.

Guatemala: La Quema del Diablo.

Desde hace varios siglos los guatemaltecos celebran la Quema del Diablo el día 7 de diciembre a las 18:00 para dar la bienvenida al periodo navideño. En este día las familias hacen limpieza y sacan de casa todos los objetos viejos y/o rotos, símbolos de maldad, y los amontonan en una pira de madera coronada por una figura diabólica. Después de quemarlos, es muy importante barrer la casa con una escoba de paja y bañarla en agua bendita para asegurar la bajada del diablo a los infiernos.

Italia: La Befana.

Mientras en la mayoría de los países es Santa Claus quien reparte regalos en tiempos navideños, los niños italianos disfrutan de la visita de una amable vieja bruja llamada “La Befana”. Cuenta la leyenda que los Reyes Magos se acercaron a “La Befana” para saber en qué dirección debían dirigirse para visitar a Cristo. Ella no supo ayudarlos, pero fue tan hospitalaria que los Reyes la invitaron a unirse a ellos.

“La Befana” rechazó sumarse a su marcha porque tenía mucho trabajo en casa, mas no tardo mucho tiempo en arrepentirse de su decisión. Desde entonces recorre el mundo en búsqueda de aquellos Reyes Magos y del niño Jesús, dejando regalos en las casas por donde pasa.

Islandia: Trece días de regalos en los zapatos.

Los yules o jólasveinarnir son personajes navideños típicos del folclore islandés. Estos pequeño duendes o personajes mágicos viven en las montañas y durante los trece días previos a Navidad, bajan hasta el alféizar de las ventanas de los niños holandeses para llenar sus zapatos de regalos si han sido buenos o con una patata si fueron malos.

Eslovaquia y Ucrania: la cucharada voladora.


Algunas zonas de Eslovaquia y Ucrania celebran la navidad con una particular costumbre. Al comienzo de la cena de Nochebuena, cuando toda la familia esta reunida, el cabeza de familia o miembro masculino más anciano, lanza al techo una cucharada de loksa, un plato típico navideño hecho con pan y semillas de amapola. Se cree que cuanta más cantidad de loksa quede adherido al techo, más abundantes serán las cosechas del año que comienza.

Venezuela: Patinando a misa.

Ni los villancicos, ni la chimenea ni la nieve. La Navidad en Venezuela se celebra en las calles, playas y parques, ya que allí es verano. Además si hay algo que les gusta hacer en Navidad a los venezolanos es patinar, en concreto es tradicional asistir a misa en patines la mañana de Navidad. La participación es tan alta que hasta las carreteras de la ciudad permanecen cortadas para que los caraqueños puedan patinar hasta su iglesia sin peligro.

Nueva Zelanda: Pohutukawa navideño.

En lugar del típico abeto cargado de decoración navideña, en Nueva Zelanda es muy común decorar árboles pohutukawa para la ocasión. Y es que durante el mes de diciembre el árbol florece y está en su mayor esplendor, cubierto de grandes flores de un rojo muy vivo.

Reino Unido: Batir el budín.

Según cuenta la tradición británica, si deseas que tus sueños navideños se hagan realidad, debes pedir un deseo mientras bates la masa de un budín antes de cocinarlo. Para nuestros lectores menos cocinillas decir que un budín de Navidad se cocina haciendo una mezcla espesa de frutas secas, nueces y grasa antes de empaparla en alcohol y flamearla en una habitación oscura. La costumbre también manda que se incluyan dentro pequeñas monedas de plata que le darán suerte a quien las encuentra al tomar una porción.

Ucrania: Telas de araña en el árbol.

En Ucrania, los árboles de Navidad se parecen a los de Halloween porque se adornan con telas de araña, considerados símbolos de buena suerte. Según cuenta la leyenda, hace muchos años una viuda pobre vivía con sus hijos en una destartalada chabola. Eran una familia tan pobre que en Navidad sólo podían permitirse un pequeño arbolito, pero no las figuritas y dulces para decorarlo. Sin embargo, durante una Nochebuena, las arañas que se hospedaban en su chabola tejieron sus telas de seda alrededor del árbol y cuando los rayos del Sol de la mañana las iluminaron, la tela de araña se volvió por arte de magia en hilos de oro y plata, y la familia dejó de ser pobre…

España: Las 12 uvas desde la Puerta del Sol.

Y cómo íbamos a terminar sin citar nuestra tradición más querida, tomar las 12 uvas para recibir el año nuevo, cuyos orígenes se remontan a principios del siglo XX aunque algunos lo datan de finales del anterior.
Son muchas las teorías que se atreven a aventurar el nacimiento de esta tradición, la más extendida parece ser que fue para dar salida a un excedente de uva tras un gran año de cosecha; convirtiendo la ingesta de las 12 uvas de la suerte al compás de las campanadas del reloj de la puerta del Sol, en una tradición indispensable para cualquier español que quiera tener 12 meses de suerte para el año entrante.

Por supuesto, los españoles son un pueblo bastante divertido y supersticioso, y esta noche no pueden faltar prendas de ropa interior roja, la quema de deseos, y los brindis y rituales en la compañía de amigos y familiares. Y es que la gran mayoría de los españoles celebran la Nochevieja junto a sus seres queridos y siguen la retransmisión de las uvas desde sus casas. Los más atrevidos se acercan a la Puerta del Sol en la capital del país para tomarlas junto al resto de turistas y visitantes.



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