martes, 10 de mayo de 2016

Misterios de las Piramides de Egipto

Existen acontecimientos que escapan a la razón humana, llenos de misterio y sin aparente explicación. Mitos, leyendas, episodios sobrenaturales. 


Las pirámides de Egipto son las edificaciones más grandes y precisas del mundo antiguo. Cada pirámide real era la tumba de un faraón. A diferencia de los palacios, hechos de abobe, las pirámides se construían con piedra para que duraran eternamente. Los textos escritos en los muros de las cámaras mortuorias indican que las pirámides eran una especie de plataforma de lanzamiento. Su propósito era proyectar al cielo el alma del faraón muerto, que viviría por siempre entre las estrellas imperecederas.

La primera pirámide fue una construcción escalonada que se edificó para el faraón Zóser, entre 2630 y 2611 a.C. Tiene 60 m (197 pies) de alto y también fue la primera tumba real de piedra. Antes se sepultaba a los faraones en tumbas de adobe o mastabas. Al arquitecto de Zóser, Imhotep, se le ocurrió la revolucionaria idea de colocar seis mastabas de piedra de tamaño decreciente, como una escalera que serviría al faraón para subir al cielo.

Alrededor de 2550 a.C., el faraón Keops (que gobernó de 2589 a 2566 a.C.) levantó la mayor pirámide de todas: la Gran Pirámide, de 147 m (481 pies) de alto. El diseño es muy preciso: sus lados se orientan al norte, sur , este y oeste. En la base tiene más de 230 m (755 pies) de largo, y asombrosamente la diferencia entre el lado mayor y el menor son sólo 20 cm (8 pulgadas). La Gran Pirámide de Keops tiene 2.300.000 bloques de piedra caliza de entre dos y quince toneladas cada uno. Uno de sus grandes misterios: la relación matemática perfecta, el doble de la longitud de sus lados por su altura, el famoso número Pi.

Keops cambió dos veces el interior de su pirámide. Algunos pasadizos llevan a tres cámaras, en principio trazadas para el sarcófago del faraón. De las dos cámaras superiores salen angostos conductos de ventilación a la superficie. Los primeros exploradores llamaron Cámara de la Reina al segundo recinto inconcluso, pero no tiene relación con alguna reina.

Ciertos historiadores creen que las pirámides se alinean con las constelaciones, en especial con la de Orión. Los egipcios asociaban  Orión con el dios Osiris, señor de los muertos. Esta constelación tiene tres estrellas brillantes que se llaman el cinturón de Orión. El respiradero de la cámara mortuoria de Keops apunta hacia el cinturón, lo que respaldaría esta teoría.

En 1994, Robert Bauval y Adrian Gilbert postularon que la posición de las pirámides coincidía con la de las estrella de Orión, aunque en realidad sólo tres pirámides pueden alinearse con ellas. Casi todos los expertos piensan que el sitio fue elegido por razones prácticas, en especial la de una superficie plana donde sentar los cimientos.

Misterios y… ¿maldiciones?

Howard Carter descubrió la tumba de Tutankamón un 17 de febrero de 1923 de la expedición que lo acompañaba, en los 6 años posteriores, 35 personas murieron en condiciones misteriosas. incluso, el perro de Lord Carnavon murió de un infarto fulminante. Una inscripción grabada sobre tu tumba, desató el miedo: “La muerte golpeará a quien perturbe el sueño del Faraón”

O qué decir del hundimiento del Titanic. Poco saben que en el Titanic, un inglés llevaba en las bodegas la momia de una pitonisa de la época de Amenofis IV. Esa momia llevaba un brazalete cuya inscripción rezaba: “Despierta de tu postración y el rayo de tus ojos aniquilará a todos aquellos que quieran adueñarse de ti”

Son dos sucesos entre otros muchos que se han producido a quien de un modo u otro han estado relacionados con aquel pasado egipcio, y que han servido para que la construcción de las pirámides esté envuelta de un halo misterioso que aún hoy se intenta desvelar.

Misterios sobre su construcción


El arqueólogo alemán Guenter Dreyer formuló en el año 2005 una teoría según la cual la construcción de las pirámides es una sucesión de montículos y muros que se iban superponiendo, de modo que una pirámide no es sino un desarrollo del concepto de la mastaba, a la que se le iban añadiendo muros.
El primer gran misterio en la construcción de todas las pirámides y al que se enfrentan todas las teorías, es el de la elaboración de las grandes piedras de las que se hacían uso.  Se cree que las piedras se clasificaban según su dureza y apariencia, en caliza, arenisca, alabastro y granito.

Los egipcios usaban los estratos de mayor calidad y extraían mediante galerías los materiales más resistentes a la intemperie. Los bloques se cortaban con forma cuadrada o rectangular, y para tallarlos y cortarlos se usaban mazos de madera y herramientas de cobre y bronce. Hasta hace unos años, se pensaba que en las hendiduras se introducían cuñas que al mojarse, se expandían y separaban la piedra. Pero dadas las herramientas existente, ahora se afirma que se introducían cinceles y se calzaban con cuñas, de modo que la presión era doble. Para las piedras duras se golpeaban con un mazo de piedra dolerita. Otra teoría afirmaba que se encendían fuegos y así el granito, por el calor, se rompía.

La más fundamentada teoría sobre su construcción es la que se basa en escritos de Herodoto, quien describía con todo lujo de detalles la construcción de la Gran Pirámide de Gizeh. Según el historiador la pirámide fue construida en 20 años y con 3.000 trabajadores.

La pirámide constaba de varias alturas, en las que se situaban poleas, de modo que una vez llegaba la piedra a una de esas alturas, la polea la levantaba a la siguiente y así sucesivamente. Pero dado que no había herramientas similares en esa época, pronto se desechó, aunque sirvió para elaborar aquellas otras teorías que hoy resultan más convincentes: de todos los bloques se procuraban encajar los externos, los visibles, de modo que la construcción pareciera perfecta, pero los internos se soltaban y luego se rellenaban los huecos con barro y piedra.

Estos bloques se subían por rampas exteriores, y a través de una especie de patines por los que rodaban. De ellos tiraban unas poleas y se ayudaban de palancas. Al mismo tiempo que se iba ganando altura, las partes acabadas se iban recubriendo a fin de reafirmar el terreno y las pendientes. La punta de la Gran Pirámide se recubrió con un gran piramidón de oro. Finalmente, esas rampas exteriores, al no estar bien ancladas, se habían perdido con el paso del tiempo.

Esta teoría echó por tierra aquella otra por la que se postulaba que sólo existía una gran rampa que ascendía desde la base, en línea recta, hasta el vértice, cosa bastante ilógica si se tiene en cuenta que con una pendiente así, sería materialmente imposible subir las grandes piedras.

La última y gran teoría ha sido la publicada hace no mucho tiempo, según la cual el francés Jean Pierre Houdin afirma que esas rampas existieron realmente, pero por el interior de la pirámide.

Esta rampa interior en forma de túnel, facilitaba la construcción de la pirámide desde el interior al exterior, y por ello requería de menos herramientas, y ninguna polea. Según el francés, hubo dos retos: construir la propia pirámide, y luego la cámara funeraria. Inicialmente, para las primeras alturas, se usó una rampa exterior. A partir de ahí, se construyó la rampa en espiral a lo largo de la cual iban colocándose las piedras. Las esquinas se tapaban posteriormente. Para los bloques superiores de la cámara funeraria, afirma que se usaron contrapesos que ayudaban a alzar las piedras.

Y, por último, para los amantes de las creencias extraterrestres, por supuesto, no podía faltar la hipótesis de la intervención de seres de inteligencia superior.
Von Daniken afirma que hoy día, nadie podría construir una pirámide con la perfección de la de Keops, y si eso es así, la implicación es clara, según él… sólo seres superiores pudieron aportar las técnicas y conocimientos para su construcción. Entre sus seguidores, el propio J.J. Benítez.


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